Saludos: gracia y paz de nuestro Señor Jesucristo, Jefe y cabeza de la Iglesia, dirige por los siglos de los siglos, amén.
Como directiva de la Respetable Asamblea General, agradecemos al Señor por todas sus bondades y misericordias que ha tenido con nosotros y con su pueblo que ha rescatado para su gloria. Honramos su Santo y bendito nombre porque Él es el Soberano, dueño de la historia y nada está fuera de su control.
En este tiempo es importante recordar las palabras de Moisés en el Salmo 90. “Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación. Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios”.
Confiando en el Dios de la Promesa, hacemos un llamado a todo el pueblo Cristiano a unirse en oración suplicando la misericordia de Dios para nuestro País y el mundo entero.
Jehová habló al Profeta Jeremías en el capítulo 33:2-3, diciendo que Él hizo la tierra, la formó para afirmarla; Jehová es su nombre: Clama a mí, y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.
En medio de todos los problemas que vive nuestro País, el Señor le permite a su pueblo gozarse celebrando los triunfos que se han obtenido a través de los años que Él nos ha permitido militar en su Iglesia, siendo colaboradores de la extensión de su Reino en esta tierra.
Seguimos pidiendo a la Iglesia Nacional Presbiteriana de México sus oraciones en favor de esta directiva y de los ministerios, para que el Señor nos ayude en esta tarea que Él nos ha encomendado; no olvidando que somos seres humanos que tenemos limitaciones, debilidades y que sólo dependemos de la gracia de Dios para continuar y llegar hasta donde su providencia divina nos lo permita.
Que Dios los bendiga.